Declaración Pública: COP25 una gran oportunidad para Chile ¿y después?



Profesionales Forestales de la Araucanía, afiliados al Sindicato Nacional de Profesionales de CONAF 

En diciembre próximo, Chile será el anfitrión de la Conferencia de las Partes (COP) 25, que es el órgano ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), donde se establecen obligaciones relativas a estas materias. Sin duda, para nuestro país, este evento planetario tiene al menos dos desafíos a enfrentar: cómo incide Chile en la política climática mundial en su calidad de país anfitrión y cómo influye este evento en la agenda legislativa nacional a largo plazo, donde se hace indispensable exigir al ejecutivo y legislativo mirar el Cambio Climático más allá de diciembre de 2019.

De allí que surge una profunda preocupación al considerar las pésimas señales que dan algunos parlamentarios en el contexto de la discusión de dos proyectos de ley: creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, por una parte y el Servicio Nacional Forestal por la otra, que apuntan directamente a la gestión del Bosque Nativo, pieza clave en la arquitectura de cualquier medida orientada a mitigar el Cambio Climático. Los bosques cumplen la sofisticada función de absorber el carbono de la atmósfera y contenerlo en sus troncos, ramas y raíces. De allí la importancia de utilizar la madera dándole diversos usos en muebles, estructuras, viviendas, etc.; gestionando los bosques existentes y creando otros nuevos. En definitiva: promoviendo el Manejo Sustentable de los Bosques, para que cumplan funciones culturales, sociales, ambientales, económicas y climáticas.

La Ciencia Forestal con enfoque ecosistémico y la Silvicultura ya transitaron por estos caminos, y plantean la necesidad de conservar activamente los Bosques; es decir, intervenir con criterios científicos la recuperación de los bosques degradados, para hacerlos más resilientes en un escenario de cambio climático. Esto obliga a intervenir con políticas urgentes y adecuadas.

Hay que considerar que el factor humano está hoy más presente que antes y es ineludible. Por lo tanto, esta labor hay que hacerla junto a los propietarios y gestionadores de los bosques y ya no quedan opciones para el ensayo y error.

Respecto a los bosques del Estado que cumplen funciones de preservación en Áreas Protegidas, también quedan en situación de vulnerabilidad cuando se diseñan políticas de concesiones a la industria del turismo y estas no consideran la preservación de esos ecosistemas en su más amplio sentido.

Llamamos a los tomadores de decisión en el Parlamento y en el Ejecutivo, a considerar estos proyectos de ley como complementarios, llevando un análisis y debate serio e informado (dado que ya se observan duplicidad de funciones entre ellos), considerando que ambos Servicios tendrán que gestionar bosques en un escenario urgente de cambio climático y crisis hídrica, en donde la vulnerabilidad de la población aumentará exponencialmente. De allí que lo serio ad portas de la COP 25, es tener una visión estratégica y de Estado respecto a los Bosques y promover el Manejo sustentable de estos.

Se mantiene la Pregunta ¿Qué pasa después de la COP 25, en diciembre de este año?, lo sabremos en la ya próxima discusión presupuestaria en Valparaíso, durante el mes de agosto. No olvidemos que la voluntad real del Estado de Chile está donde está el presupuesto de la Nación.

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