Romper las barreras de género en el trabajo
Si bien la tasa ocupacional de las mujeres ha crecido considerablemente, en comparación a la de los hombres ésta sigue siendo baja.
Por: www.pulso.cl
La encuesta Casen 2015 demostró que aún queda por hacer en materia laboral femenina en Chile: si bien la cifra de mujeres activas creció de un 32,5% en 1990 a 47,5% en 2015, las brechas salariales siguen siendo abismantes. En promedio, los hombres ganan $ 520.936, mientras que las mujeres $ 383.853.
A diferencia de lo que se pueda creer, esta realidad no sólo se vive en Chile.
Un estudio de Bain & Company en conjunto a Linkedin, recogió la experiencia de más de ocho mil mujeres profesionales en Estados Unidos y los resultados de este trabajo fueron decidores: las diferencias de género siguen siendo una barrera dentro del ámbito laboral.
En la investigación, el 41% de las encuestadas manifestó no tener las mismas oportunidades dentro de sus trabajos en comparación a los hombres. Dentro de las experiencias recogidas, muchas relataron cómo en más de una oportunidad se sintieron poco apoyadas y cuestionadas por la sola condición de ser mujer. Incluso una alta ejecutiva contó que en reiteradas oportunidades fue rechazada en entrevistas de trabajo bajo esta misma lógica.
Esta realidad genera inseguridad en las mujeres, especialmente en aquellas que recién están entrando al mundo laboral, las que al vivir este tipo de situaciones no se sienten convencidas cuando se trata de alcanzar una meta profesional.
En el caso de Chile, si bien la tasa ocupacional de las mujeres ha crecido considerablemente, en comparación a la de los hombres ésta sigue siendo baja, ya que según los datos entregados por el gobierno chileno, el 70% de los hombres se encuentra trabajando, versus el 47% mencionando anteriormente. No es un misterio que entre las principales razones, se encuentra el priorizar la familia. El estudio de Bain & Co y Linkedin, reveló que aquellas mujeres que están en pleno desarrollo profesional, son más propensas a anteponer la familia al trabajo. Es más, muchas veces compatibilizar ambas realidades, puede ser sinónimo de mucho estrés para ellas.
¿Pero cómo corregir esta realidad? El primer paso debe venir desde los mismos empleadores, quienes deben dejar de lado prácticas diferenciadoras de género y empezar a potenciar a sus trabajadoras. En Bain & Company hemos identificado cuatro acciones que pueden marcar la diferencia: empoderar a aquellas mujeres que cuentan con habilidades a aspirar a altos cargos, enseñar distintos tipos de liderazgo, interactuar todos los días con ellas y finalmente apoyar a la persona en sí y no simplemente en el ámbito laboral. Respecto el impacto que puede generar este tipo de iniciativas en la compañía, son las mismas encuestadas quienes reconocen que el apoyo de sus superiores puede significar un cambio de mentalidad que les ayude a potenciar sus habilidades y alcanzar metas.
Sabemos que cambiar estas conductas puede tomar tiempo, sin embargo con estos pasos ya se puede marcar una diferencia dentro de una empresa. La fuerza laboral femenina es un aporte valioso al crecimiento de un país, algo que no se debe olvidar.
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