La CUT da ultimátum al gobierno para que envíe la Reforma Laboral durante noviembre

Mientras tanto, grupos empresariales siguen generando clima de confusión y temor ante alcances de reforma 

Tras las declaraciones de la ministra Javiera Blanco en un seminario de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), donde dejó abierta la posibilidad de que el empleador negocie individualmente con los trabajadores no sindicalizados, sin especificar en qué materias, el malestar por la poca claridad en el contenido último de la reforma laboral fue generalizado en la multisindical. En el último encuentro entre la CUT y los asesores técnicos de Trabajo, realizado hace dos semanas en la sede de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), los dirigentes de la Central plantearon que no esperarán más allá de noviembre para la presentación de la reforma laboral en el Congreso, dando un ultimátum al gobierno. 

 Durante la redacción del proyecto el Ministerio del Trabajo está buscando la vía más expedita para que la reforma ingrese al Congreso con el mayor acuerdo posible. En la revista Qué Pasa del viernes pasado se sostiene que “la ministra tiene claro el rol gravitante que tiene la CUT. En sus encuentros con los empresarios, les ha planteado que si bien la multisindical tiene posturas diferentes, sigue siendo el mejor canal para entenderse con los sindicatos (…) Pese a la lectura de la ministra, en la CUT están conscientes de que la reforma que promueve el Ejecutivo no es la que ellos habrían impulsado: Michelle Bachelet comprometió nueve puntos clave a perfeccionar en el mercado laboral, mientras que la CUT ha puesto sobre la mesa una agenda más ambiciosa. Son 25 puntos que implicarían una reforma amplia al Código del Trabajo”. 

Sin embargo, al impulso transformador de la CUT se oponen las principales agrupaciones empresariales de Chile. El presidente de la Asociación de Bancos señaló el sábado a La Tercera que “el foco debe estar en el crecimiento”, en detrimento de la negociación colectiva. . La fórmula del éxito de una reforma laboral, según Bernardo Fontaine (hermano del ex ministro de economía de Piñera) radica en la capacidad que tenga la normativa para incentivar la creación de nuevos empleos y flexibilizar la jornada de trabajo. Fortalecer a los sindicatos, bajo esta lógica, atentaría contra las inversiones: “esto puede generar un desequilibrio enorme en el poder negociador y tensionar las relaciones laborales a un extremo insostenible”. Mientras tanto, la asesora técnica de la Sociedad Nacional de Agricultura, vinculada a los mayores poseedores de tierras en Chile, declaró hoy que “existe preocupación sobre reformas en discusión. Son nefastas para la agricultura”. 

Para Marco Kremerman y Gonzalo Durán, de la Fundación Sol, estas reacciones son parte de la filosofía empresarial y su manera de ver la sociedad. Visiones contrapuestas que -sin duda- generarán más tensión cuando se conozcan todos los alcances de la reforma: “Hay un grupo pequeño, vinculado al poder económico, que a través del dinero y los partidos políticos que se dejan manipular, terminan por imponer sus convicciones. Este grupo, cuando hablamos de restaurar los derechos colectivos, malentiende que se puede generar problemas en la economía. ¿Por qué? Porque los grandes empresarios se acostumbraron a funcionar casi sin ningún obstáculo en el camino, para que ellos puedan contratar, despedir y pagar los salarios más bajos posibles”, concluye Durán.

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