CUT activa este mes camino para elección de presidente bajo sombra de la reforma laboral

Jornada también discutiría demanda de un padrón electoral más limpio. Actual líder, Bárbara Figueroa, dice que “no es prioridad en este minuto” declarar una posible reelección.


Un año de definiciones es el que espera a las principales organizaciones que representan al mundo de los trabajadores del país. En medio del convulsionado escenario político y económico que dejó 2015, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) comenzará a mover sus fichas para delinear las líneas de trabajo y los desafíos internos de la multisindical de cara a un nuevo proceso eleccionario que deberá enfrentar en agosto, pero también irá en lo inmediato a buscar la fórmula para ganar el “tira y afloja” que atraviesa la tramitación del proyecto de reforma laboral en el Congreso.

El próximo 22, 23 y 24 de enero se realizará el consejo nacional extraordinario de la CUT, que es organizado cada cuatro años previo a las elecciones internas de la organización, pero que escaparía de ser un tradicional encuentro. Más allá de definir la agenda programática de los próximos años concentrada en el futuro del articulado, el debate sobre el sistema de pensiones y la reforma constitucional, la instancia abordará la reforma al estatuto y la elección del colegio electoral para las elecciones previstas para el 25 de agosto.

Esto, en medio de voces que apuntarían a que es necesario revisar el tipo de sufragio utilizado, pasando de una votación indirecta como hoy se contempla a una directa. Según algunos dirigentes, es evidente que en este congreso “habrá una demanda por un padrón electoral más limpio”, ya que el diagnóstico es que la Central estaría debilitada -entre otros factores- por ciertos mecanismos electorales que se prestarían para vicios e irrgularidades, siendo parte esta situación el desafío inmediato de democratizar la organización.

Sobre las materias internas que abordaría la cita de la Central, su presidenta Bárbara Figueroa explica que “el marco del congreso tiene un énfasis muy claro en lo que es la agenda política sindical, pero evidentemente que dado que estamos ad portas también de enfrentarnos a nuevas relaciones laborales en el mundo del trabajo, el debate sobre fortalecimiento sindical adquiere una relevancia grande”.

Mientras, el secretario general, Arturo Martínez, asegura que se debe ver “cómo somos capaces de revertir una situación en términos de falta de crecimiento y desarrollo de la CUT. Ha crecido muy poco”.

La carrera por la presidencia

Y aunque para Figueroa la carrera por definir al nuevo líder de la Central no será el tópico principal que dominará el congreso, en los próximos días se activaría decidamente la búsqueda de candidatos. Consultada por una eventual reeleción, la actual líder enfatiza que “no es prioridad del minuto” el revelar o no una posible continuidad. “Tenemos hartas cosas más importantes hoy en la cabeza que estar pensando en cómo se van a conformar las listas”, afirma. Agrega que “a lo mejor, porque tenemos la responsabilidad de conducir hasta agosto la Central, nuestra prioridad hoy está en que la CUT cumpla con los desafíos y los temas que están propuestos en el debate”.

Cercanos a la multisindical comentan que Figueroa “no se ve con muchas ganas” de continuar, ya que la dilatación del debate laboral habría producido un inevitable desgaste personal que sería usado por sus detractores para desestimar una posible reelección. Este debate sería la prueba de fuego de la dirigenta, porque la victoria o derrota frente a la reforma, determinará el apoyo que conseguiría entre sus pares más allá de los “altos y bajos” en que ha transitado la relación de la CUT con el gobierno, luego de la discusión del reajuste para el sector público y el ingreso de las últimas indicaciones a la reforma que decretó un quiebre.

El vicepresidente de la Central, Nolberto Díaz, no tendría la aspiración de ocupar la presidencia, aunque sus cercanos insistirían en promover su nombre. Martínez, en su caso, ya sería un candidato seguro. Sin embargo, el diagnóstico general, más allá de cómo se moverían las actuales piezas de la dirigencia, dejaría entrever la urgencia de nuevos líderes.

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